domingo, 23 de noviembre de 2008

the millenials

The millennials, una generación que desafía la creatividad docente

Habituados a la tecnología, ven la universidad como un servicio y demandan a los profesores contención.

extrapolado de

Raquel San Martin LA NACION


Sábado 22 de noviembre de 2008

La tecnología es parte de su paisaje cotidiano y saben que un empleo no es para siempre. Ven la universidad como un espacio de socialización y un servicio, y valoran a sus docentes tanto por lo que saben como por sus capacidades de transmitirlo y generar vínculos personales con ellos.
Así son los "millennials", la generación que hoy puebla las universidades [ya da miedo el 2do párrafo] y está obligando a los profesores a redefinir sus modos de dar clase.


La descripción proviene de una investigación realizada por la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) entre sus alumnos, en la que se buscó aplicar los estudios sobre generaciones en los Estados Unidos y en algunos países de Europa, que han caracterizado a los "millennials" -nacidos entre 1985 y 2000- como el grupo que sigue a los escépticos, pragmáticos e individualistas miembros de la Generación X. Hedonistas e impacientes, los "millennials" valoran las opiniones personales -el auge de los blogs va en ese sentido- y fueron criados como consumidores.


[Acá hay que hacer un punto: ¿Valoran las opiniones personales basadas en qué? Demasiado jóvenes para hablar desde la experiencia, demasiado despreocupados para hablar desde el conocimiento, demasiado pajeros para hablar desde el trabajo. ¿Qué valor puede tener su opinión? Y fueron criados como consumidores: ya se sabe que el consumidor no debe opinar, no debe pensar. Sólo debe reaccionar ante el producto y consumirlo.]


A través de focus groups y encuestas, iniciadas en marzo de 2007 como parte de un proyecto que continúa, la intención de la UADE fue retratar las visiones de sus alumnos sobre el mundo del trabajo y la universidad, con el objetivo de ofrecer a sus docentes herramientas para las clases. Ante la consulta de La Nacion, profesores de otras universidades compartieron en gran medida el diagnóstico y plantearon matices.


"Un dato central en esta generación es la tecnología. Lo que para nosotros es un aprendizaje, para ellos es un a priori", dijo a La Nacion Martín Cuesta, director del Departamento de Ciencias Sociales y Humanidades de UADE, que coordina el estudio.


Los "millennials" son "nativos digitales", es decir, crecieron rodeados de pantallas, Internet y dispositivos de comunicación con cientos de funciones, lo que se traduce en una nuevo rol [literal] para los docentes. "Está bien que la tecnología sea una herramienta pedagógica, pero también hay que enseñar a los chicos a usarla. El ambiente del aula debería incorporar la velocidad de la tecnología, pero también ponerle freno [dar clases por chat y cortarles a electricidad]. Por ejemplo, no dejar que los alumnos usen abreviaturas o emoticones en trabajos académicos. Y antes de pedir un trabajo, los docentes deberían revisar qué hay publicado en la Web para detectar copias", dijo Cuesta.


[Claro, los docentes deberían enseñar EN LA UNIVERSIDAD que no se debe escribir como si fuera un chat o el guardapolvo de la compañerita. Ya me olvidé para que servía la escuela primaria y el secundario. Y deberían leer lo suficiente como para saber cuándo un alumno está redactando o copiando. O desarrollar los exámenes o trabajos de modo tal que se induzca a razonar, no a buscar la nota final.]

La inestabilidad como regla
Nacidos en democracia, estos chicos ya la dan por sentada, tanto como entienden la inestabilidad del empleo [Noto cierta confusión en la cronista, al poner en un mismo nivel a la democracia con las oportunidades laborales, como si la desocupación fuera un fenómeno democrático]. "Tienen la experiencia [la vivencia, diría yo, porque la experiencia...] de ver cómo sus padres perdieron sus trabajos en los 90. Para ellos, el empleo no es estable", dijo Cuesta. [Igual, estos de la UADE no sé si habrán visto cómo muchos de sus padres perdieron el empleo. Que queda para los de la universidad de Tucumán entonces].

En ese ambiente, el sentido de la universidad es diferente. "La educación es un servicio, más que una vía de ascenso social. La experiencia universitaria es un espacio de socialización en el marco de la extensión de la adolescencia", dijo Cuesta. [¿hasta qué edad llegará la adolescencia en el 2050?]


Con ese diagnóstico coincidió Jorge Sztrajman, profesor titular de la cátedra de Física del CBC. "Antes, la universidad aseguraba una carrera, ahora ya no, porque las cosas pueden cambiar todo el tiempo, los conocimientos son efímeros y los chicos toman estas mutaciones como algo natural", dijo. Y dio un ejemplo: "Muchos chicos no terminan carreras, como computación, porque el mundo del trabajo ofrece salidas más atractivas [sobre todo los viernes y sábados] y el título muchas veces no tiene tanto valor agregado".


Los chicos ven a la universidad como miran otros objetos de consumo, transitorios y no acumulativos. "Los chicos valoran la universidad durante un tiempo. La ven como un medio que luego les permite pasar a otro espacio, como el posgrado o el trabajo", apuntó María José Fittipaldi, coordinadora de Asesoramiento y apoyo académico del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA). Pero marcó continuidades: "Siguen buscando carreras tradicionales por lo que significan socialmente, además de por interés", dijo. [ay, Fittipaldi tenía que hablar de carreras, ¿de qué sino? Lo que soslaya esta señora es que para llegar a un posgrado o obtener un trabajo basado en un título, primero tenés que cumplir con ciertos requisitos, como pelarte el culo estudiando para obtener un título, por mencionar sólo uno].


Para estos chicos, el papel del profesor es diferente. "Los chicos piden y valoran al docente en sus conocimientos y en su capacidad de explicarlos y «bajarlos» a la cotidianidad", dijo Cuesta. [O sea, el profesor será valorado en tanto consiga trivializar, por ejemplo, la ley de la relatividad. Nada de boludeces como que el alumno deba esforzarse por comprender un concepto complejo. Para eso esta Discovery Channel] Pero la autoridad ya no se da por sentada. "Hay que ganarla en el aula y parte de hacerlo es dar cierta contención emocional", señaló. "Los chicos piden saber para qué les sirve lo que están aprendiendo." [Bueno, esto SIEMPRE fue así. Que te respondieran lo que querés escuchar es otra cosa.]


"Los chicos te tienen respeto si te ven como una persona, que incluso se puede equivocar y pedir disculpas [Si te ven como un gato no te respetan. ¨Chicos [podrían empezar por no decirle ´chicos´ a pelotudos de 23 años], quiero pedirles disculpas por utilizar alguna palabra no incluida en el repertorio de las 500 que se saben¨]. Eso no significa simetría, porque nunca pierdo mi lugar ni soy una de ellos" [porque ellos no la dejan], comentó María Eugenia Santiago, profesora de Historia en distintas carreras en la UCA. "Los chicos [¡no les digan más chicos! Decile alumnos y marcá la cancha] quieren crear vínculos [que hagan una página web, que esperen la hora de ir al bar]. Quieren ver en vos a otra persona, [¿Está segura de que no se quieren ver a ellos mismos?] disponible y dispuesta al diálogo", describió.


Sztrajman estuvo de acuerdo. "Para ser un buen docente ya no sirve solamente saber. Ser una autoridad en la materia es necesario, pero no suficiente. La manera de llegar es complementar los contenidos con estrategias de tipo teatral. Nadie puede captar la atención durante un tiempo muy largo, así que hay que desarrollar estrategias más vinculadas con lo histriónico y el humor." [¿Por qué no dejar eso a los colegios terciarios que quieran hacer plata con sus ´chicos´ y que la Universidad pública vuelva a ser un sitio del saber, no un apéndice del entretenimiento?]


Según Cuesta, los docentes tienen que estar preparados para recibir demandas emocionales de los alumnos, como las que esperan de un tutor, alguien que da consejos y que pone límites. "Hay un fuerte aspecto emocional en esta generación", dijo. [Padre ausente, profesor amigote]


Fittipaldi relativizó la idea de que los chicos busquen contención. "Tienen idea de la autoridad, pero están más habituados a relaciones horizontales [se la pasan durmiendo] y por eso tienden a replicar esa comunicación con el docente [¿me parece a mí o usó ´replicar´ -instar o argüir contra la respuesta o argumento- con el sentido de ¨to do it again in order to get the same result¨?]. Lo nuevo es que hay que poner énfasis en el sentido de la autoridad, algo que antes no era necesario." [ah, qué bueno! Hijos de la democracia que deben ser sometidos al constante recordatorio de quién es la autoridad].


[Yo noto varias inconsistencias en el diagnóstico y en el testimonio de algunos 2entes. Pero lo que más me preocupa es lo que vayan a hacer con este análisis, porque lo más probable es que adapten todo a esta generación de consumidores replicantes emoticones, que un día serán quienes deban a su vez transmitir el conocimiento y ya se pueden imaginar a qué velocidad se puede degradar todo. ¿Qué se puede esperar de la porción de millenials que lleguen a ser profesores? ¿Podrán superar las cagadas del siglo XX?]


Para ver la nota cruda, pincha acá



domingo, 16 de noviembre de 2008

la letra ca

El uso de la K en lugar de la ´c´ o la ´q´ ya dejó de ser algo novedoso o cool, para transformarse en un ladrillo más de la pared de la uniformidad.

Hoy escribir sin faltas de ortografía se ha vuelto casi una postura política comprometida. Una afrenta contra la creciente ignorancia, contra el imperante desinterés por todo aquello que signifique algún tipo de esfuerzo mental y desafío al (des)orden imperante.

El uso indiscrimando de la K es un peldaño más en la escalera descendente de la involución humana y a nadie le importa tres khotos.


sábado, 15 de noviembre de 2008

Cercenazgo

Hoy descubrì una práctica de mierda nueva (para mí), que se viene a sumar a la censura de los desnudos en los canales de cable, no de las puñaladas y los tiros en la cabeza.

La novedosa hijoputez consiste en cercenar los temas cuando hay solos de guitarra o partes instrumentales muy prolongados, tal vez porque aburre a sus oyentes o porque no importa la música sino que llegue rápido la próxima andanada de gansadas comerciales.

Así, te sorprenden cuando en una radio extremadamente comercial pasan Stairway to heaven, de Led Zepellin, y cuando va a empezar el solo de guitarra te rebanan todo el tema hasta el acorde final. Y hablo de la versión de estudio. Una hora antes habían amputado la versión en vivo de Hotel California.

De modo tal que se sigue sumando ignorancia a los desprevenidos y no va a faltar el pelotudo que mañana aparezca afirmando que curiosamente Jimmy Page no participa de ese tema.
¡Qué pedazos de hijos de puta que son los gerentes de todos los putos medios de comunicación! ¿Por qué no se rebanan los huevos, que parecen tener al pedo?

Bueno, acá me doy el gusto y multiplico el video con este temazo, ¡qué joder!


Bon appetit

lunes, 10 de noviembre de 2008

El pelotudo del statu quo

Caminaba por la calle y me vino a la mente la frase del famoso pensador argentino, que no me acuerdo si era Feinmann Eduardo o Feignman Joseph Paulson quien declamó a los 4 vientos que ¨en la Argentina no hay pelotudo que no tenga un blogg¨. Lo pongo en negrita, a petición.



Ante lo cual me hago eco y procedo a armar mi blog, desde donde poder expresarme sobre los dichos del antedicho, y proclamar que cualquiera con suficiente premier grado de genuflexión o ligera de tacos puede alcanzar cierta estatura polìtica accesoria al statu quo.